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06.10.2007

Mantenimiento: ¿Factor gastos o factor valor?

“El espectro del mantenimiento es amplio. Cubre tradicionalmente el campo quimiotécnico con un gran número de modernos lubricantes especializados de alto rendimiento, que han sustituido el aceite y que aumentan la vida útil en la instalación.” (Cita de la charla de expertos VTH sobre el mantenimiento profesional).

Los productos quimiotécnicos para mantenimiento de OKS han sido desarrollados especialmente para satisfacer los exigentes requisitos de las aplicaciones de mantenimiento y montaje.

Las condiciones de la competencia global obligan constantemente a incrementar la productividad. La racionalización de las cadenas de proceso y la máxima disponibilidad de las instalaciones son requisitos necesarios en este sentido. Y es justo aquí donde el mantenimiento juega un papel clave, ya que la productividad depende del funcionamiento sin dificultades y, a ser posible, sin interrupciones de la instalación de producción.

Mantenimiento: ¿Factor gastos o factor valor?

El mantenimiento causa, por supuesto, un gran desembolso en la empresa. El volumen de mantenimiento en Alemania está estimado en unos 250 mil millones de euros. Pero dado que el mantenimiento es una parte integral de la cadena de creación de valores, no podemos dejarlo de lado. El lubricante que mantiene en marcha la máquina de producción, es igual de importante para la producción del producto acabado que sus materias primas.

Por consiguiente, es necesario optimizar, aunque no minimizar, el gasto necesario del mantenimiento. El siguiente gráfico muestra dónde se encuentra el grado óptimo de los costes de mantenimiento CIH.

Una empresa dedica el tiempo y el esfuerzo óptimos al mantenimiento cuando logra minimizar la suma de gastos de mantenimiento y de fallos.

El mantenimiento es un factor de (creación de) valor importante, que probablemente deberá contemplarse desde un punto de vista más bien generoso en lugar de minimalista.

Si una empresa opera sus instalaciones con los costes de mantenimiento mínimos, es decir reduciendo cada vez más el número de ciclos de mantenimiento, corre el riesgo de que los costes por fallos y, por lo tanto, los costes totales aumenten de manera desproporcionada. El esfuerzo de mantenimiento un poco “exagerado” actúa significativamente menos drástico en el coste total, debido a que los costes de mantenimiento aumentan linealmente con el número de ciclos de mantenimiento.

Dipl.-Ing. Bernhard Finke

Director de ventas de Alemania

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